Poema de D. Vicente Rodríguez dedicado a nuestra Hermandad, emitido en el programa "La Levantá" de Onda Cádiz TV el pasado 18 de enero. Muchas gracias amigo Vicente por tus preciosas palabras.
Anda diciendo el levante
entre susurros del viento
que un milagro eucarístico
ha bajado desde el cielo
para quedarse prendido
de amor por el mundo entero
y conquistar corazones,
que a golpes duros y secos
tienen en el pan de Dios
el auténtico alimento.
Anda susurrando el aire
entre quejíos y lamentos,
que el sacrificio de Cristo
es memorial verdadero
de la pasión redentora
del inmolado cordero
cuando el Domingo de Ramos
palomas alcen el vuelo
y allá por Santo Domingo
y allá por Santo Domingo
Jesucristo sea el ungüento
para remediar los males
y sanar a los enfermos.
y sanar a los enfermos.
Bendita Sagrada Cena,
bendito convite eterno
al que Cristo nos invita
sin pedir nada por ello.
al que Cristo nos invita
sin pedir nada por ello.
Que es prenda de salvación,
y es el pan para el hambriento,
y es bebida que nos sacia
y es verdadero alimento
y es vino que se derrama
y es gracia a diestro y siniestro
y es verdadero alimento
y es vino que se derrama
y es gracia a diestro y siniestro
y es redención de los hombres
y es muestra de su Evangelio
y es reunión que nos convoca
para saciar por completo
el hambre que tiene el alma
el hambre que tiene el alma
de tener a Dios muy dentro.
Común unión que regala
en sus manos y en su dedos
en sus manos y en su dedos
cuando sale por la puerta
dejando atrás el convento
para llenar cada calle
y a las gentes que a su encuentro
y a las gentes que a su encuentro
van buscando el pan de vida,
el auténtico sustento.
Sangre de Dios verdadera
que Cristo la irá vertiendo
para saciarnos con ella
y adelantar el tormento
que padeció por nosotros
y adelantar el tormento
que padeció por nosotros
dando la vida y muriendo.
Ya se escucha una saeta
y ya se calla hasta el viento,
Ya se escucha una saeta
y ya se calla hasta el viento,
Cristo en su Sagrada Cena
nos ha reservado un hueco
para compartir con él
su sangre y todo su cuerpo.
su sangre y todo su cuerpo.
Irá llenando las calles
de bendición y de aliento
de bendición y de aliento
para que todas las gentes
sepan que Cristo, el maestro
da una lección magistral
y se entrega por completo
y se entrega por completo
para redimir al mundo
de sus pecados, del miedo
de carecer de Dios mismo,
de sus pecados, del miedo
de carecer de Dios mismo,
aquél que va bendiciendo
mientras preside la mesa
de eucarísticos misterios.
de eucarísticos misterios.
Doce están en torno a Él,
Judas también y en el precio
que guarda, en treinta monedas
lleva grabado un anhelo
de traición y de codicia
a Jesús y con un beso
de traición y de codicia
a Jesús y con un beso
sellará cuanto de malo
tiene guardado muy dentro.
Y Cádiz será vergel
y Cádiz será pañuelo
que arrope entre capas blancas
Y Cádiz será vergel
y Cádiz será pañuelo
que arrope entre capas blancas
y dominicos recuerdos
al Señor que en su milagro
al Señor que en su milagro
llena de amor ese encuentro.
Que Cristo va caminando,
se abren las puertas del cielo,
querubines de la gloria
se abren las puertas del cielo,
querubines de la gloria
bajan y alzan el vuelo
para ofrecerle al Señor
para ofrecerle al Señor
cuanto hay en Cádiz de bueno.
Oraciones y plegarias,
rezos, rezos y más rezos
y entonado entre los labios
y entonado entre los labios
un sublime padrenuestro,
una salve a la que espera
en Santo Domingo el sueño
en Santo Domingo el sueño
de salir junto a su hijo
bendecido y bendiciendo,
Reina de todos los Santos,
timonel de ese velero
que su hijo, Jesucristo
que su hijo, Jesucristo
lleva siempre hasta buen puerto.
Y Cádiz acudirá
a su convite, a su encuentro,
a su convite, a su encuentro,
con olor a mar y a sal
quemará carbón e incienso
para soñar otra vez
un nuevo Domingo eterno,
un nuevo Domingo eterno,
otro Domingo de Ramos,
otro Domingo de nervios,
otro Domingo de Ramos
en que Cristo será el nexo
que invite al pueblo de Cádiz
a comer su propio cuerpo,
a beber su propia sangre,
a beber su propia sangre,
Dios y hombre, luz y fuego
que prende los corazones
que por él viven latiendo.
En su mesa siempre hay sitio
y en su banquete, cubiertos
En su mesa siempre hay sitio
y en su banquete, cubiertos
para todo el que lo quiera,
Cristo le reserva un hueco
para comulgar con Él,
con su palabra y su credo.
El levante ya no habla,
ya no susurra ni el viento,
ya sólo se escucha a Cristo,
a Jesús el nazareno
que junto a los doce apóstoles
ofrece al hombre el sustento
con su palabra y su credo.
El levante ya no habla,
ya no susurra ni el viento,
ya sólo se escucha a Cristo,
a Jesús el nazareno
que junto a los doce apóstoles
ofrece al hombre el sustento
para que nunca jamás
tenga sed o quede hambriento.
Que el que come de su pan,
no morirá en lo eterno,
que el que come de su pan
vive por siempre en su seno,
que el que come de su pan,
del único pan auténtico,
nunca más pasará hambre,
porque Cristo es alimento
que sacia el alma del hombre
y del Rosario es misterio
luminoso que el Señor
instituyó en su momento.
Bendita Sagrada Cena,
manantial de gracia cierto
que desde Santo Domingo
se ofrece a Cádiz entero.
Vicente Rodríguez Fernández
Vicente Rodríguez Fernández