
El día comenzó con la Misa del Espíritu Santo, presidida por fray Timothy Radcliffe. Comenzó su homilía dando las gracias al Maestro saliente por su tarea. Se refirió a continuación a la crisis de autoridad que hay en nuestras palabras; para que las palabras que decimos tengan autoridad es necesario vivir lo que profesamos; añadió que era necesario que los Capítulos nuestros, en los que siempre aparece la tentación de decir muchas palabras, digan palabras que tengan autoridad; y finalmente dijo que necesitamos un Maestro que nos ayude a caminar en la verdad, que sepa infundir esperanza, y que tenga especialmente alegría, la alegría de Sto. Domingo, porque sin alegría no hay predicación.
En el altar, durante la Eucaristía, estuvo una reliquia con un hueso de la cabeza de Sto. Domingo, traída para ese día desde el Monasterio de las Monjas de San Sixto. La reliquia también estuvo presente en la ceremonia de toma de posesión del nuevo Maestro. El acto electoral comenzó a las nueve de la mañana, con el canto “Ubi caritas et amor”. Siguió una lectura del evangelio, el canto del Veni Creator y el proceso normal de la elección, que es uno de los momentos más democráticos de la Orden. Cuando hubo elección, el P. Carlos le preguntó al P. Bruno si aceptaba. Y tras decir que sí, el P. Carlos se postró de rodillas ante fray Bruno y luego le dio un abrazo. Enseguida se envió un fax a la Santa Sede y se publicó el nombre del nuevo Maestro (que no necesita confirmación, porque el Capítulo es instancia soberana: ¡un privilegio de los dominicos! ¡la nuestra no es una democracia vigilada!) en la página oficial de la Orden.
Comenzó entonces la procesión hacia la Iglesia, y la liturgia de la toma de posesión. El P. Bruno nos pidió que fuéramos fieles a nuestra misión y que le ayudásemos con nuestras oraciones. La liturgia finalizó con el abrazo que todos y cada uno de los capitulares dieron al sucesor de Sto. Domingo.
Y aquí acaba esta crónica de urgencia, porque a las 14 horas salimos para Santa Sabina y no regresamos hasta las diez de la noche. Otro día más.
Fuente: www.dominicos.org